Cuando terminé la carrera estuve varios años trabando por cuenta ajena en centros de fisioterapia asociados a seguros, en los cuales era necesario un gran número de clientes a la vez para que fuera rentable, así que los fisioterapeutas tratábamos a cada paciente como mucho 5 minutos, eso me parecía que desprestigiaba nuestra profesión e hizo que me decidiera por abrir mi propia clínica, en la que pudiera tratar a los pacientes de forma más adecuada. Además, también estuve trabajando y en prácticas extracurriculares durante la carrera en las que varias veces me ofrecieron un puesto de trabajo cuando terminara la universidad y junto con los trabajos posteriores, en los que los pacientes me preferían por encima de mis compañeros, adquirí mucha confianza y seguridad para abrir mi propio negocio y mucha experiencia en la empatía y el trato con los pacientes.
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